miércoles, marzo 29, 2006

Patchwork

Rojo
Gracias a los que me felicitaron, pero no. Todavía no es mi cumpleaños. Sucede que:
a) Cada día escribo peor.
b) Este año cumplo 30 entonces si este es el año Mozart no veo porqué no ha de ser el año Patradox.
c) En noviembre es mi cumpleaños por favor recuérdenlo porque noviembre suena a parteagüas.

Naranja
Me encanta oír a mi vecino musulmán del sótano rezando. Me encanta hasta que en el segundo piso Caín le grita a Abel: "Joputaaa te voy a matar" Entonces me viene un profundo shock interno de civilizaciones.

Amarillo
Caí en un foro virtual de mexicanos en España. Error. Es un foro de mexicanos en la España franquista. López Obrador no es mi héroe pero es mi única opción. Me he tenido que radicalizar. Lo mismo frente a todos esos correos que me mandan diciendo que quien vote por AMLO es pendejo. Ardidos. Están llorando la derrota previa y me alegro desde el autoexilio. ¡¡¡Abajo el PRIAN!!!

Verde
Que te quiero verde. Que te quiero ver de nuevo. A veces los extraño un montón y se me deprimen las vísceras. Se apachurran.

Azul
Y es por lo ver-de que el azul es el color de la nostalgia. ¿Por qué el mundo es tan grande y mi mamá está tan lejos? Luego dirán que el mundo es un pañuelo, pero yo soy un moco demasiado pequeño.

sábado, marzo 25, 2006

La verdad es que soy predecible...

Tanto, que cumplo ciclos y años a la vez.
Y como nací en 76, ahora me viene un acoplamiento perfecto y circular.
Creo que estoy (¿o soy?) feliz pero todavía no me acostumbro.

sábado, marzo 18, 2006

La felicidad sabatina

Se concentra en mis spaghettis al curry y en la tibieza áspera de Mazzy Star.
Se redime en la inauguración festiva de una michelada y en una tarde a media luz, tan bonita como el mismo gris.
Se regocija y lame la nueva pared pintada. Chupetea los planes del forever, del tomorrow y del future.
La felicidad sabatina es más ligera que la dominical, pero sabe a los trocitos agridulces que se cocinan en mi horno.
No la puedo abrazar y no hace falta, porque no puedo abrazar lo que me invento.
La felicidad sabatina son los pantalones por donde asoma la orillita de mis bragas sin el prejuicio malsano de mostrarle el culo al mundo.
Mi mundo es la cocina, las notas ácidas y mi chela.
Lo demás sospecho que no existe.

lunes, marzo 13, 2006

Diálogos delirantes desde la cuadratura del Messenger

(...)
Beatrix: depende de quién cuente la historia
tristan: hablo del protagonismo historico, al margen de quien lo cuente
Beatrix: es que hay muchos extras que se las dan de protagonistas.
tristan: y muchos protagonistas ganando extra
Beatrix: y los de reparto?
tristan: los del reparto son los empresarios, como siempre.
Beatrix: jajajajaja los mejor pagados en el reparto de utilidades y de inutilidades.
tristan: se reparten hasta las actrices.
Beatrix: qué descuartizamiento.
tristan: si, es la sofisticacion de los placeres contemporaneos
Beatrix: casi gourmet
tristan: diria el placer por lo primitivo
Beatrix: depende si la pierna lleva medias de seda.
tristan: depende de la presa
Beatrix: o del salvajismo con que se apresó.
tristan: a quien? al camarografo?
Beatrix: a veces también... pero estábamos hablando de...?
tristan: ese es el problema... el cine lo acapara todo
Beatrix: es la nueva moda de los vaqueros gays.
tristan: es la escena en la secuencia de los toreros guay
Beatrix: y de los torteros guys
tristan: los torteros son el brazo armado de las torteras gay
Beatrix: trabajan las masas en clandestino?
tristan: las masas son la materia... la sustancia es la opcion de los vaqueros y las torteras
Beatrix: gris la materia?
tristan: el color es una ilusion.
(...)

martes, marzo 07, 2006


Una postal para Edurne

Yo conocí España por ella. Porque me mandaba postales desde Madrid o desde Xixón. Sin falta, cada año a la mitad de las vacaciones recibía las tarjetitas con su letra de cucaracha. Cuando volvía me traía regalos en los que varias veces se incluia una mochila, así no me daban envidia las mochilas las demás. Es que mi mamá siempre me las compraba en la Comercial Mexicana o si bien me iba, en Liverpool (la tienda, no el puerto). Las mochilas españolas causaban cierto furor entre la concurrencia.
Me contaba cosas de sus viajes como por ejemplo, cuando se cayó de la bicicleta y un niño le dijo gilipollas. También me contaba sobre su abuelo que había estado en la guerra y me enseñó una canción que oí hace muy poco "Franco, Franco que tiene el culo blanco..."
Ser su amiga en preprimaria era un lujo. Era ruda. Tan ruda, que una vez en la romería del club asturiano, me obligó a fingir que dormíamos para no bajarnos de las tazas voladoras y tener otra ronda gratis sin pagar. Yo era más tranquila hasta que le estrellé una manzana mordida en un ojo. Fue su culpa por haberme dicho albóndiga con patas. Nos perdonamos.
También recuerdo que sus sandwiches eran justo lo contrario de los míos. Los suyos con mayonesa y jamón porque odiaba el queso. Los míos con mostaza y queso porque odiaba el jamón. Eso sí, siempre le pedía un poquito de su mítica agua de limón. Yo llevaba el lunch en una vil bolsa de plástico porque las loncheras siempre se me perdían a las dos semanas de iniciar el curso. En esa época nos contábamos todo. Todo lo que se pueden contar dos niñas de diez años.
Después, cuando llevar lonchera era una ñoñería, compartimos un montón de donas de chocolate hasta que ella se puso a dieta y yo me quedé... comiendo donas de chocolate.
Luego nos separamos un tiempo porque yo tenía que volverme un poco más ruda y ella tenía que volverse un poco más tranquila. Nos reencontramos con un cariño profundo y con un pacto que no sé cuando establecimos y que consiste en protegernos del mundo y reírnos de cosas que sólo nosotras entendemos (como el pollo al vino).
Ahora yo estoy en España -o casi- y no le he enviado ni una puta postal. Será porque ya no se usa o porque nuestro hábito epistolar ha quedado suprimido por nuestras conversaciones en el chat. Volvemos a contarnos todo lo que dos treintañeras se pueden contar. Y echo de menos todas nuestras etapas: los sandwiches, las donas de chocolate y los repentinos cafés de sábado por la mañana.
Edurne: ahí te va la postal y aún te quedo debiendo muchas.

viernes, marzo 03, 2006

¿Tú votaste por Fox? Pues te felicito.

Fox se encara con un periodista que le preguntó por qué no ha visitado el lugar de la tragedia de los 65 mineros.

El presidente de México, Vicente Fox, se mostró incómodo cuando un periodista le preguntó hoy por qué no ha visitado San Juan de Sabinas, en Coahuila, donde la semana pasada fallecieron 65 mineros después de producirse una explosión de gas en la mina donde trabajaban.El periodista aseguró al presidente que la población del lugar se pregunta el por qué de la negativa a visitar la zona para constatar las circunstancias en las que se produjo la tragedia, a lo que el mandatario respondió con otra pregunta: '¿Tú ya has ido?', increpó.Al responder el periodista afirmativamente, Fox contestó el tono irónico: 'Te felicito', y dio paso a la siguiente cuestión sin más explicaciones, según recoge el diario local 'El Universal'.

miércoles, marzo 01, 2006

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Ahora va de cuentos. Cuentos, cuentos, cuentos. Los leo bajo prescripción casi médica. Tengo prohibidas las novelas hasta que no aprenda a escribir bien. Lo bueno es que puedo leer cuentos hasta que se me acabe la vida. Lo otro no lo sé.

La casa pierde, Juan Villoro Image hosting by Photobucket
De Villoro he leído cuentos sueltos en revistas, un libro infantil y una ponencia que me dio hace muchos años y que fotocopié como 200 veces. Esto no viene al caso. Tampoco viene al caso que diga que hace unos meses lo ví frente al Bonpreu del Hospital de Sant Pau pero como es mi blog se fastidian. El caso es que me gusta Villoro y este libro de cuentos también. Basta de divagues. Vale la pena leerlo porque crea personajes entrañables e historias con trazas de melancolía e ironía. La casa no pierde, gana y gana.
Cárcel de árboles, Rodrigo Rey Rosa Image hosting by Photobucket
Cuentos largos o novelas cortas. No sé. Lo que sí sé es que este guatemalteco es el descubrimiento del mes que además fue traducido por Paul Bowles, por algo será. Más allá de eso, sus historias pueden suceder en cualquier parte o en ninguna. Este libro de Seix Barral contiene dos relatos. Cárcel de árboles y El salvador de buques. El primero se me quedó dando vueltas por días y días. El segundo también es bueno pero me quedo con Cárcel de árboles y la sutil reflexión sobre el lenguaje escrito. Enchina la piel.
Los cuentos de hadas clásicos anotados, María Tatar Image hosting by Photobucket
¡Mi libro fetiche! Es para leerse, releerse y volverse a leer. Es eso, un libro fetiche sobre cuentos clásicos (La caperuza, Rapunzel, Hansel y Gretel) pero con anotaciones sobre las historias originales e ilustraciones con que se han mostrado en diferentes épocas. Es un libro para leerle a alguien en la cama, pero no para quedarse dormido porque podría romper narices. Muy bonito, muy bonito.